sábado, 17 de enero de 2015

Lost & Found

La miré de soslayo. Era la nieta del jefe del consorcio. La piel color canela y el cabello crespo y alborotado con colgantes de plumas que parecían desvelar su naturaleza de nido desastroso. Pensé en dar la media vuelta y evitarla, pero una idea fugaz me detuvo: si le hablaba, si hacía uso de mis más encantadoras sonrisas, quizás la chica le hablara bien de mí a su abuelo.
-¡Hola!- sonreí al darme cuenta de que había captado su atención. Me sorprendí un poco al ver sus ojos neutros entrecerrándose... probablemente no me recordaba-. Eres Danna, ¿cierto? La nieta del señor Alcántara... soy William Murphy, nos conocimos ayer en la cena de aniversario y- ella comenzó a caminar sin mirarme-... ¡hey! Espera tú... - estuve a punto de gritarle lo maleducada que se estaba comportando, pero me detuve.
Me miró con una expresión que no supe identificar.
-Si estás perdid...
-Tus ojos- dijo con una voz grave, casi en un suspiro, interrumpiéndome.
Pensé que se estaba comportando muy grosera. Pues claro, siendo nieta de alguien tan poderoso, de alguien de quien nuestra empresa dependía para salir de los problemas económicos en que nos hallábamos... me serené y le mostré mi sonrisa más dulce.
-¿Perdón?
Ella me miró un rato, como sopesando si debía contestarme o no. De cerca parecía aún más joven de lo que era... ¿quince? Recordaba cómo mi padre había comentado algo sobre su próxima fiesta de cumpleaños o algo así... mientras trataba de recordar, ella rompió el silencio con una voz monótona.
-Mi abuelo tenía este caballo pura sangre: Era totalmente negro, un semental fuerte y muy veloz. Se miraba particularmente hermoso cuando corría a todo galope- ella se detuvo un instante y me miró fijamente, con una expresión que no supe identificar-. Un día, el semental desapareció: mi abuelo dijo que probablemente había saltado la verja, loco por libertad... se perdió en el desierto y lo buscamos durante días. Cuando por fin lo encontramos, el caballo estaba deshidratado, flaco y moribundo... apenas respiraba cuando lo llevamos a casa... el veterinario dijo que no había remedio: lo había mordido una serpiente y era cuestión de días antes de que el veneno terminara por matarlo, pero su agonía sería larga... lo más humano era darle un tiro y terminar con su sufrimiento.
Ella se quedó en silencio lo que me pareció una eternidad y luego me miró fijamente a los ojos.
-Recuerdo haber visto los ojos del caballo: parecían vacíos, como si la vida se les hubiera escapado hace mucho tiempo... había algo como... - dudó y movió la cabeza sin dejar de mirarme-... algo como resignación... abatimiento... Cuando mi abuelo levantó el arma para dispararle, apenas se removió... como si la muerte fuera lo único que estuviera esperando... su dulce descanso...
La miré sin entender mientras una sofocante sensación subía por desde mi estómago encogido hasta mis pulmones, mi garganta... llenándome la boca de un sabor amargo.
-Tus ojos- repitió, sorprendiéndome de pronto, con el mismo tono en el que me lo había dicho antes; grave, bajo, lastimero-. Tus ojos me recuerdan a los del caballo: sin vida.
Frunció apenas el ceño y luego suspiró bajando la mirada y rompiendo la incómoda conexión a la que me había sometido
-Creo que mi abuelo también lo ha visto... Lo lamento mucho- me dijo sin volver a mirarme, dio media vuelta y se marchó sin mirar atrás ni una sola vez. Sin mirarme de nuevo.
No sé cuánto tiempo estuve ahí parado antes de que el mareo me recordara que no había estado respirando bien. Los pulmones me ardían mientras regresaba a mi oficina.

domingo, 20 de abril de 2014

Drabble: "Memoria". 20 palabras/Historia Original

Y por siempre se quedó ahí, pintando estrellas fugaces de colores con azúcar en el cielo diurno de sus pensamientos.

Ayer vi "Mimi" y esto fue lo que salió.

sábado, 19 de abril de 2014

Drabble: "Desamor". 15 palabras/Historia original

Por supuesto que me he comido su corazón.

Matarlo es más dulce que el chocolate.

Drabble: "Apariencias". 100 palabras/Historia original

Los pasillos eran oscuros y sólo  se escuchaba su respiración agitada y los golpes de sus pisadas al correr por ellos.
Finalmente encontraron una puerta sin seguro y se encerraron en ella. Él atracó la puerta y se dejó caer deslizándose de espaldas en la pared.
-No puedo creer que él sea el asesino… se veía tan pacífico...
-Las apariencias engañan- contestó él, aún desde el suelo e invitó a su interlocutor a sentarse a su lado- ¿verdad?

No lo vio venir de aquella sonrisa tan asustada como la suya, pero la sangre ya brotaba cuando escuchó la última palabra.

Drabble: "Abismo". 100 palabras/Historia original

Se sentó en la baranda y miró con fijeza al chico.
-Tenemos que saltar al vacío- le aseguró.
-Pero yo no sé volar- le respondió él, muy molesto.
-No dije volar, dije saltar.
Lo empujó con fuerzas para que cayera en el barranco, pero en vez de hundirse en las profundidades oscuras de sus pesadillas, flotó sobre nubes de algodón de azúcar, nubes de dulces sueños y bonitas promesas.
-¡Estoy volando!
Y suspiró sabiendo la verdad.

Se lanzó sin premuras y  sintió caerse en el abismo negro de fragmentos de espejos rotos. Él estaba hecho de luz, ella, de tinieblas.

Alina Navarro G.

domingo, 14 de abril de 2013

How long have you know?


-so… how long have you known? That I can see, I mean…
-Mmm… it’s been a while, I guess… I’m your best friend, after all, it’s not like you’d be able to hide it forever.
-Nahir hasn’t noticed.
-Your sister is the dumbest person I’ve met… even more, she’d never even dare to think that you’re hiding something this big from her.
-She’s my sister and on top of that, she’s the girl you like… and I’m making her suffer…
-…
-You must hate me…
-… hate you?
-I should be protecting her instead of running away from this all.
-… well… it’s true that you’re a coward.
-You wanna hit me, don’t you? So I’ll let you… you just have to vent your anger on me. I’m ready.
-Hahahahaha… what the hell are you talking about?
-Eh?
-It’s true, you’re a coward, but you’re my friend. Is not that I’m waiting for you to protect Nana. Either way it’ll be my responsibility to protect her, since, I’m the one that likes her, even if you’re her brother.
-But…
-And most important, is not that I want you to loose everything you’ve gained up until now. You also want to cherish what you love and I wanna support you on that, I’m your friend after all, So I want to protect the happiness of both of you stupid siblings.
-(smile) You’re a true friend.
-I know that.
-lol… So we gotta work together on this, right? To protect and cherish what we love. We have to become stronger.
-…
-What?
-No… it’s just that you sounded so cheesy and stupid… have you been watching those awful TV dramas that are meant for girls?
-W… what?
-You did watch them.
-No I didn’t!
-You’re an idiot.

sábado, 13 de abril de 2013

Deseo

Mientras Laura recorría con sus labios rosados el camino que había entre su boca y clavícula, él comenzaba a sentir las palpitaciones más y más potentes, en sus oídos, en su cuerpo, entumiendo su cerebro poco a poco, pero había algo... algo que estaba mal con eso... su cerebro se negaba a apagarse, pero él no lograba recordar qué era esa alarma que sonaba en lo más profundo de sí... era... era algo relacionado con ella, con él... pasó las manos por la tibia espalda femenina, descubierta gracias al bendito escote... relacionado no con él... el escote... ese escote...
-P... ar... a...
El débil susurro parecía irreal: su cerebro trabajaba a marchas forzadas para averiguar si en verdad había salido de su boca o sólo lo había imaginado... estaba mal, todo estaba mal en esa situación.
-Para- repitió y esta vez supo que era su voz; pastosa y casi ininteligible, pero real...
Ella no paró.
Para Tom, supuso algo más que fuerza sobrehumana el separarse de aquellos labios que le iban incendiando la piel y acumulando la sangre hirviente en su miembro.
-No quiero- dijo lentamente y ella le miró con los ojos llenos de vacío, un vacío que como golpe frío al estómago, le devolvió las fuerzas para seguir hablando-. No quiero aprovecharme de ti- y en cuanto la frase terminó de salir de su garganta se dio cuenta de lo ridícula que había sonado viniendo de él, dirigida a aquella criatura que le sonrió burlona con esa cara de ángel caído.
Laura resopló y luego levantó la comisura derecha en una media sonrisa sarcástica que hizo que a Tom se le revolviera el estómago.
-Creo que te has perdido algo de esta situación- dijo con una firmeza y seguridad que le hicieron sentir un apretón en el estómago de por sí revuelto.
Pero no iba a dejar que eso lo desanimara.
-Tú estás herida y yo...
-Yo- le interrumpió ella dejando de sonreír y mirándolo con seriedad- te quiero utilizar para olvidarlo- le cortó con la mirada adusta de quien se dispone a atacar-. Si alguien te pregunta, soy yo la mala de la historia.
De pronto ya no podía sostenerle la mirada: tenía ganas de vomitar, de salir corriendo, pero sus piernas no respondían y el miembro aún le ardía con un calor infernal que le hormigueaba las ingles.
Su mente trataba de forzarse a desvanecer la sensación, a no prestarle atención.
-Estás dolida, no sabes lo que quieres...
-Ah, pero tú sí- lo interrumpió mientras acariciaba su entrepierna y él no pudo evitar resentir el calor agolpado, aún más vibrante- O, ¿Me vas a negar que me deseas?... porque este amiguito parece gritar lo contrario- se burló, haciendo énfasis mientras pronunciaba la analogía de su sexo y él sintió como la boca le salivaba ácidamente, provocándole un desazonante peso en la mandíbula.
-Detente- le dijo mientras apartaba la mano femenina de su entrepierna.
Todo su cuerpo vibraba diciéndole que estaba loco, que la deseaba; quería atraerla hacia sí, atraparla, inmovilizarla bajo su peso, besarla hasta que no hubiera centímetro en aquella piel morena que no estuviera cubierta con su ácida saliva; penetrarla, hacerla suya y no dejarla ir... quería sus agudos gemidos sonando en sus ardidos oídos, sus largas uñas coloreadas con absurdos y llamativos esmaltes enterrándose en su espalda, sus largas piernas aferrándose a sus caderas afiladas, escurriendo sudor de ambrosía mientras la hacía suya.
La quería... No. La necesitaba.
-Tú no eres así- le dijo y en ese momento su cerebro hizo un click. En ese preciso instante, ella no era ni la sombra de la persona de la que él se había enamorado.
-Te necesito- le dijo ella con la voz temblorosa y volvió a tocarlo, marcándolo con fuego vivo ahí donde sus delgados dedos quebradizos y vacilantes iban explorándolo, tratando inútilmente de desabrocharle los botones de la camisa, al compás de sus débiles sollozos, haciéndolo estremecer y hormiguear ahí donde le iba rozando.
Y entonces se detuvo. Dejó de tocarlo y se levantó.
-Que te niegues a mi no cambia nada- dijo después de lo que a él le pareció una eternidad, recuperando la firmeza en de su empalagosa voz, comprobándole una vez más, que ella no era la mujer de la que él se había enamorado-. No importa si no eres tú.
Tomás sintió un pinchazo en el pecho: ella no era la persona de la que él se había enamorado.
-Yo quiero- comenzó ella-... yo NECESITO olvidarlo... borrarlo de todos los rincones de mi cuerpo que aún lo recuerdan, y si no eres tú, cualquiera me basta...
Se dio la media vuelta y comenzó a avanzar lentamente hacia la puerta, y con cada paso que ella daba, él comenzaba a sentir cómo el estómago le caía a los pies.
La sensación de acidez se apoderaba de su boca nuevamente, mientras los dedos le hormigueaban: había apretado los puños sin darse cuenta.
Ella se detuvo frente a la puerta y tomó la perilla sin girarla, sin mirarlo.
-Si no eres tú, sólo me sentiré un poco más puta: esa es la diferencia.
El cuerpo le temblaba: Ella no era la persona...
Ella que no era Laura, giró la perilla...
Ella no era la persona de la que se había enamorado, ella no era Laura, no era SU Laura... Tom estaba seguro de eso... pero... aún así... contra toda lógica y con todas sus neuronas gritándole lo contrario... él la deseaba... la deseaba más que nada en el mundo y no podía siquiera imaginarla en brazos de algún idiota que la acariciaría y la tocaría donde sólo le pertenecía a él.
No se dio cuenta de cómo ni de cuándo se había levantado; le tomó unas cuantas zancadas acortar la distancia hasta atrapar la mano que sostenía la perilla y obligarla a girar el cuerpo entero hacia él.
La miró por un segundo, descubriendo esa expresión perdida cual idiota que no entiende lo que pasa y una furia inmensa que explotó en su estómago, comenzó a expandirse por todo su cuerpo mientras la estrujaba y la besaba desesperado, agresivo, ardiendo...
Con una mano sujetó los dedos de uñas absurdamente coloreadas...temblaban... los guió hasta su pecho mientras desabrochaba la camisa con la otra mano.
La besó frenéticamente, más y más, sintiéndola estremecerse, capturada en su posesivo abrazo y la arrastró al sofá, ese sofá en el que la había visto regodearse fanfarronamente tantas veces, y la arrinconó más, la estrujó, la aplastó con todo su peso mientras le quitaba el vestido con desesperación.
-No me voy a ir- susurró Laura, en su oído, deteniéndolo en el proceso de devorarle el cuello. Se congeló mientras la idea atravesaba su mente: sí, tenía miedo de que ella se fuera, que desapareciera en algún lugar, con algún imbécil que no fuera él.
Le ardía la entrepierna.
Ella comenzó a besarlo de nuevo, con calidez, en cada espacio que pudo alcanzar desde la prisión en que él la tenía cautiva, pero él no cedió, no se movió ni un milímetro.
-Era mentira; no me pienso mover de aquí- dijo mientras liberaba una mano que guió a su espalda ya descubierta y con un dedo le recorrió la columna sin prisas, provocando un leve cosquilleo que con una serie de escalofríos empezó a deshacer su rigidez.
Tom respondió besándole los hombros, tratando de controlarse, mientras el calor se agolpaba en su miembro, exigiéndole explotar sin demora.
Comenzaron a jugar, recorriendo el cuerpo del otro, cediendo, exigiendo más espacio.
Era extraño: siempre había imaginado cómo sería tenerla entre sus brazos, pero ninguna de sus fantasías se comparaba con el placer de comprobar lo bien que aquel cuerpo femenino se amoldaba a él, como si fueran piezas de rompecabezas prefabricadas, besándose, encajando perfectamente el uno en el otro. Ella se había vuelto suya, toda suya, tan suya que podía sentir como se iban fundiendo en las sombras, volviéndose una sola piel.
-Eres lo único bueno que me queda en la vida- le dijo ella mientras besaba su cabello, y el contacto de su aliento en su cráneo le erizó los bellos del cuello-. Y por eso te odio- aseguró encajándole las uñas en la espalda.
El dolor se expandió como telaraña, pero no le importó.
-Te odio tanto que necesito verte sufrir.
Laura buscó su oreja y comenzó a morderla; siempre había odiado que se acercaran a sus oídos, le daba ñáñaras sentir que se los tocaban... pero no ella, ella no le molestaba... dejó escapar algo parecido a un gemido y se preguntó si en realidad había salido de él. Sonrojándose, agradeció que estuvieran a oscuras y que ella no pudiera verle el rostro encendido.
-Te odio- repitió ella- porque te necesito más y más... quiero verte sufrir y llorar y rogar... quiero ver mi dolor reflejado en ti.
Si su dolor era lo que ella quería, él se lo daría... cualquier cosa que la mantuviera en sus brazos, pequeña, sólida, suya... suya y de nadie más.
Y se abandonó al deseo, olvidándose de todo.